Todo empezó aquí, en una sobremesa. Y desde entonces sólo hay post-it, notas y un word lleno de palabras. Desde septiembre del año pasado empujo mi segunda novela como un escarabajo pelotero.
Cuando no estoy escribiendo, tengo que apuntarlo todo. Ya sólo miro como ella. Gonzalo dice que observar también es escribir. Así que debo estar escribiendo todo el rato esta historia que me hierve en los ojos.
La carpeta no tiene el título de la novela. El título todavía es un cartel que parpadea. Pone “novela 2”. Abro las notas que se arremolinan dentro como cachorros. Algunas de ellas acabarán creciendo en el word hasta hacerse escenas o capítulos enteros. Otras serán bulbos bajo la tierra.
Mira, te he traído estas envueltas en una servilleta. Frases separadas. Hipótesis.
«el 72% de las personas mayores que viven solas son mujeres. ¿Eso por qué es? ¿Se mueren los hombres? ¿Se independizan ellas a la soledad?»
…
«Escucho siempre a un perro ladrar pero no lo veo. No sé en qué maldita casa está. Por qué jardín corre. Podría estar ladrando sólo en mi cabeza. ¿Si lo viera y fuera un labrador con el pelo largo de color canela me seguiría cayendo tan mal?»
…
«En este pueblo solo mueren personas y nacen animales. Creo que es un punto en la tierra que se parece más al principio de los tiempos que al final. Cualquier día veo a Vicente paseando por delante de este patio andando en taparrabos yno me sorprendo. Estoy empezando a darle normalidad a situaciones marcianas. A situaciones que sólo se ven donde empieza la vida, con la curiosidad de que parece que la vida aquí solo se acaba».
Con ganas de que novela 2 tenga una foto de portada y Contraportada!!!